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1856
En virtud de la Ley de 28 de enero, se producen dos hechos significativos: por un lado, el nuevo Banco Español de San Fernando fue rebautizado con el nombre de Banco de España y el Estado comienza a nombrar el gobernador y dos subgobernadores; y por otro, se establecía un sistema de pluralidad de bancos de emisión, al abrir esta facultad a los bancos particulares, con la limitación de crear un banco emisor por plaza.
Tras esta liberalización, empresarios y comerciantes empiezan a crear bancos en las principales capitales españolas, que emiten sus propios billetes. El Banco de España abre sus primeras sucursales en Alicante y Valencia.